¡Sonríe! que ese es “El Secreto” del éxito, dicen los nuevos discursos de moda; la ley de atracción hará el resto. Sobretodo, nunca critiques, nunca muestres pesimismo, desilusión o desesperanza. Elimina cualquier pensamiento negativo; tal es el nuevo culto de optimismo obligatorio.
La celebrada psicología positiva también hace lo suyo. Al parecer nos hemos preocupado mucho de lo negativo, de lo patológico, y hemos olvidado lo positivo, las fortalezas; propaga su luz la nueva panacea del bienestar. Olvídate del malestar, ignora el síntoma: “Todo esta bien, sigue consumiendo”.
La solución a nuestros problemas estaría en un cambio de mentalidad, en un cambio de actitud, no en la realidad, no en nuestras condiciones objetivas de vida; opera así la subjetivación de todos nuestros males: nuestra separación del mundo.
Los esloganes del emprendimiento y la resiliencia vienen a reafirmarnos todo esto a través excepcionales y estremecedoras historias de superación, como diciéndonos “es sólo una cuestión de actitud”; haciendo de la cruda realidad un espectáculo con música de fondo, alimentándonos para seguir soportándola. Aspirando a convertirnos, quizá, en ese personaje ejemplar.
Decirle a quién vive día a día la miseria cotidiana que todo depende de un cambio de actitud, es proveerle una ilusión.
Quizá a veces les funcione
pero es pura CRUELDAD.
Quizá sea CONVENIENTE
para mantener todo como está.